¡Me Caso! ¿Por dónde empiezo?

¡Hola, futura novia o novio entusiasta! 

Si estás leyendo esto, es porque has dado el gran paso y te has comprometido. ¡Felicidades! Pero ahora que la emoción inicial se ha calmado, quizás te estés preguntando: “¿Y ahora qué? ¿Por dónde empiezo todo este loco proceso de planificación de bodas?” No te preocupes, aquí estoy yo para echarte una mano y hacer que este viaje sea tan divertido como la propia boda. Así que ponte tu mejor sonrisa y ¡vamos al lío!


1. Asentar las bases

Primero lo primero: ¡hay que celebrar! Tómate un momento para disfrutar de tu compromiso con tu pareja. Un brindis, una cena romántica o una reunión con amigos y familiares para compartir la buena noticia siempre es una excelente forma de empezar.

Después de eso, siéntate juntos y hablen sobre lo que cada uno espera de la boda. Aquí hay algunas preguntas para guiar la conversación:

– ¿Qué tipo de boda desean? (formal, informal, temática, etc.)
– ¿Cuántos invitados quieren invitar?
– ¿Cuál es su presupuesto? (sí, ese tema del dinero es crucial)

Hacer estas preguntas les dará una idea clara de cómo quieren que sea el día especial. ¡Recuerda, el futuro está en sus manos, así que es mejor estar alineados desde el inicio!

2. Establecer un presupuesto

Hablando de presupuesto, este es uno de los aspectos más importantes al planear una boda.
Determine cuánto dinero realmente pueden gastar y si cuentan con algún apoyo externo, como los padres. Esto les ayudará a tomar decisiones más informadas a medida que avancen en el proceso.
Sugerencia divertida: Haz un gráfico o una tabla de Excel (sí, sé que suena aburrido, pero puedes decorarlo con emojis) para visualizar cómo van a distribuir el dinero entre los distintos servicios, como el lugar, catering, fotografía, vestimenta, etc. ¡Así evitarán sorpresas inesperadas!

3. Crear una lista de invitados

Aquí viene lo complicado: ¡la lista de invitados! Se dice que este es uno de los desafíos más grandes al planificar una boda. 
Tómense su tiempo para elaborar una lista que incluya a todos sus seres queridos, pero sin olvidar que es su día y no tienen que invitar a la tía lejana que solo ven cada cinco años. 
Una vez que tengan su lista inicial, deberán decidir si quieren una ceremonia íntima con los más cercanos o una fiesta a lo grande.
Pueden utilizar una aplicación o crear un grupo de chat para discutir la lista. ¡Advertencia! Las opiniones de la familia pueden ser muy variadas, así que prepárense para negociar.

4. Elegir la fecha y el lugar

Una vez que tengan una idea clara del número de invitados, es hora de elegir la fecha y el lugar de la ceremonia. 
Piensen en el clima, la temporada y, por supuesto, en la disponibilidad del lugar. Algunos lugares populares requieren reservas con mucha antelación, así que no dejen esto para el final.
Hagan una lista de los lugares que les gustan y organicen una “excursión de lugares” un fin de semana. ¡Incluso pueden llevarse una cámara y hacer un mini-reportaje para recordar las opciones!

5. Contratar a los proveedores

Ahora que ya tienen el lugar, es momento de pensar en los proveedores: catering, fotógrafo, florista, música… La lista es larga. Investiga, pide recomendaciones y, si es posible, programa citas para conocerlos.
Sugerencia divertida: Crea un tablero de inspiración en Pinterest. Allí pueden ir guardando ideas sobre cómo quieren que se vea y se sienta su boda. Esto les ayudará a comunicarse mejor con los proveedores cuando llegue el momento.

6. Elegir el atuendo

¡Con todo lo anterior ya listo, es hora de pensar en el atuendo! Para la novia, esto suele ser uno de los momentos más emocionantes (y a veces estresantes) de la planificación. Prueben diferentes estilos y no se encasillen solo en lo tradicional.
Recuerden: ¡su boda es una oportunidad para expresar quiénes son como pareja!

Sugerencia divertida: Organicen una pequeña “fiesta de compras” con sus amigas o amigos. Puede ser un momento de risas, pruebas de vestidos y mucha diversión.

7. Detalles importantes

Finalmente, no se olviden de los pequeños detalles que hacen la diferencia.
Desde la decoración hasta el tipo de invitaciones, pasando por los recuerdos para los invitados. Todo cuenta, y no tengan miedo de dejar volar su imaginación.
Sugerencia divertida: Pueden incluir actividades interactivas durante la recepción, como un fotomatón con accesorios locos o una mesa de juego. ¡Esto mantendrá a todos entretenidos!

8. Relajarse y disfrutar

Por último, pero no menos importante, recuerden que, aunque planear una boda puede ser un desafío, ¡no debe ser estresante! Tómense el tiempo para disfrutar del proceso y sobre todo, de su amor.

No se concentren demasiado en los detalles; lo que importa es compartir ese día con sus seres queridos.

Cuando llegue el día D, ¡sólo relájense y disfruten cada momento! La boda es solo un día, pero el matrimonio es para toda la vida.

¡Felices preparativos y que el amor siempre gane!

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